Mercedes y Bernardo se reconcilian

Después de hablar con Leonardo, Mercedes hace llamar a Bernardo, que acude a los aposentos de la cuñada del duque. Antes de decirle para que quería verle, Mercedes se lanza a los labios del trabajador de la finca con un apasionado beso. Bernardo que no entiende el cambio de actitud de la mujer que nerviosa, le pide perdón: "Lo siento, ahora sé que lo que siempre te ha movido es el amor que sientes por mí, tu deseo de encontrar una manera de darme una vida más feliz. Yo te vi tan convencido y dispuesto a todo por recuperar tu ducado que pensé que te había poseído la codicia y que te había perdido".

Bernardo no es capaz de reaccionar a las palabras de Mercedes que se lanza a sus brazos y continúa con su discurso: "Ahora sé que me equivocaba. Tú siempre has estado a mi lado de manera incondicional. Soy yo la que no he estado a la altura, no he sido justa contigo, pero te prometo que no va a volver a ocurrir. Lo único que deseo es que estés siempre a mi lado, hasta el final, pase lo que pase. Ya no me importa José Luis, ni Victoria ni nadie, solo me importas tú". Bernardo intenta tranquilizar a Mercedes, correspondiendo a sus besos, y firmando así la reconciliación de la pareja.