Leonardo se enfrenta a su padre

Tras esta conversación, Leonardo no duda ir furioso ante su padre. "Me ha contado que está dispuesta a rendirse por nuestro amor". El marqués, irónico, se alegra de que haya tomado esa decisión sola, pero su hijo sabe que no ha sido así: "Solo hacía falta escucharla para saber que usted estaba detrás de sus palabras". Don Hernando le explica que él no ha manipulado a nadie y que solo abrió los ojos a la joven, algo que provoca la ira del joven.

"Es usted un ser despreciable. Y pensar que me sentí culpable de haberle puesto la mano encima. Ahora me parece poco el golpe que le pegué. Es usted un sádico con el que no se puede razonar", dice un furioso Leonardo a un don Hernando que le amenaza con meterle en un manicomio, pero el joven no está dispuesto a seguir obedeciéndole: "No callo porque ya no me acobardan sus amenazas. Es lo único que sabe hacer para que la gente le obedezca y resulta patético. Hace tiempo que dejé de ser ese niño que podía manipular a su antojo, al que podía moldear para convertirle en lo que usted desease. Eso se acabó" .

Pero el enfrentamiento no termina ahí. Leonardo le deja muy claro a su padre lo que debe esperar de él a partir de ahora: "No me busque, no me hable, no me mencione a nadie. Deje de llamarme hijo. Para usted estoy muerto".