Gaspar muere en brazos de su madre

Victoria acude con prisa a la habitación en la que yace su hijo, esperando encontrarle aún con vida. Es en ese momento cuando Gaspar se despide de su madre como anteriormente hizo del resto: "Siento todos los quebraderos de cabeza que le he causado. Sé que no he estado a la altura de sus expectativas. No he sido buen marido, y no he sido buen hijo. Le mentí madre, no me arruinó la vida, para eso me basto yo solo. La quiero madre, la quiero muchísimo. Ojalá me quisiera tanto como yo la quiero a usted".

Unas palabras que hacen que la Salcedo de la Cruz muestre su parte más vulnerable. "Claro que te quiero, eres mi niño, mi niño pequeño", le dice entre lágrimas y prometiéndole que cuando se recupere todo cambiará entre ellos, con una relación sin reproches. Pero su hijo solo es capaz de prolongar su vida para recordarle su amor y pedirle perdón: "La quiero madre, perdóneme". Estas son las últimas palabras que Gaspar pronuncia antes de su último aliento, dejando a Victoria rota de dolor con su hijo en brazos ya fallecido.