Bárbara confirma a Leonardo sus sospechas

Después de que Irene le haya contado al capataz la conversación que tuvo con su amiga, este acude a la alcoba de la Salcedo de la Cruz para hablar con ella: "Por más vueltas que le doy, no logro entender lo que ha hecho". La joven le explica que solo le ha pedido Irene lo que cree que es mejor para ella misma, pero Leonardo no cree que casarse con la Gálvez de Aguirre sea lo mejor para Bárbara, que le dice al hijo de don Hernando que debe aceptar de una vez esa boda.

Leonardo le insiste en que a él le puede contar la verdad, pero Bárbara vuelve a evitar hablar de don Hernando, aunque sí le habla del destino al que estaba destinado desde que nació: casarse con una noble y vivir en la corte. El joven vuelve a decirle que él no quiere esa vida, y quiere saber qué le hizo cambiar de opinión. Entre lágrimas, el Guzmán se da cuenta que todo el discurso es cosa de su padre: "¿Ha sido él quien la ha emponzoñado para que reniegue de mí?". La hermana de Adriana guarda silencio mientras que el capataz de Valle Salvaje le pide que le mire a los ojos y le diga la verdad. "Es la verdad, y hágase un favor: no se lo tome a la tremenda. En el fondo su padre tiene la razón. Nunca encajaré en su mundo, no soy suficiente para usted".

El hijo de don Hernando niega tal declaración, haciéndole saber que para él, Bárbara lo es todo. Una Bárbara que sigue empeñada en hacerse de menos: "Lo siento, pero no soy nada para usted, ni lo seré nunca".