Sinopsis
Rafael y Adriana acuden ante el duque para contarle todo. José Luis les invita a pasar, intranquilo por el semblante de la pareja, que ha llegado a despertar su curiosidad. El motivo de querer reunirse con él puede que le produzca más dolor del que ya tiene tras descubrir que Julio fue asesinado por Úrsula, y por eso le piden perdón de antemano, pero creen que es justo que sepa toda la verdad.
Tanto secretismo inquieta al duque, que les solicita que hablen de una vez: "Se trata de la llegada de Úrsula a Valle Salvaje". José Luis se extraña que tanto tiempo después quieran contarles cómo fue la incorporación de la joven a la vida cotidiana de la familia, pero Rafael continúa con su discurso: "Desde el primer momento que puso pie aquí, Adriana no dejó de avisarnos, tanto a Julio como a mi de sus pérfidas intenciones".
José Luis, sorprendido, pregunta a Adriana si en algún momento llegó a sospechar que Úrsula podría llegar a acabar con la vida de su hijo, algo que la joven niega. "No, yo desconfiaba de ella, pero jamás pude imaginar que llegaría a cometer semejante atrocidad", le dice, explicándole que al principio era una sensación, un mal augurio, que pudo confirmar cuando descubrió que no había ido solamente a consolar a mi tía por la muerte de mi primo Gaspar.
El duque, asombrado por lo que acaba de escuchar, no es capaz de pronunciar palabra, hasta que Rafael le aclara lo sucedido: "Fue doña Victoria quien la hizo llamar, padre, y para cumplir un objetivo bien claro". "Un objetivo que tiene mucho que ver con la muerte de Julio", termina diciendo Adriana.
