Sinopsis
El duque también ha notado a Adriana más tranquila desde que firmaron el acuerdo, y así se lo hace saber. Sin embargo, la joven se muestra más dubitativa a la hora de comunicarle la decisión que ha tomado: "Finalmente, quienes se ocuparán de las tierras serán doña Mercedes y don Alejo. He decidido que trabajen para mí. Las tierras seguirán siendo de mi familia y ellos las trabajarán y las gestionarán, y se beneficiarán de sus ganancias". A Rafael, la idea le parece la mejor opción, y en un principio parece que a José Luis no le hace gracia, pues no llega a pronunciar palabra ninguna.
En ese momento, Victoria llega al comedor alterada, y pregunta si sucede algo. Rafael le da la noticia sobre la gestión de las tierras de Adriana a manos de Mercedes y Alejo, y es la duquesa quien pregunta a su marido qué opina al respecto, sorprendiendo el duque al no tener nada que decir. "Eres el duque de este valle. Eres tú quien debe aprobar ese tipo de decisiones", le pregunta Victoria, que al ver que su marido sigue manteniéndose en silencio se dispone a dar ella su opinión, pero Adriana la detiene: "Usted no tiene nada que opinar".
Su tía le reprocha a la joven que eso no es lo que ponía en el acuerdo, pero la joven le pide calma, comunicándole que Mercedes no está dispuesta a administrarlas si don José Luis no está de acuerdo. Victoria empieza a arremeter contra la duquesa de Miramar, algo por lo que Adriana le pide bajar el volumen de la voz y dejar de insultar a la mujer de Bernardo. "La insulto porque la conozco y es peor que el mismísimo demonio". Estas palabras provocan que la viuda de Julio se levante de la mesa y sea muy clara con su tía: "Es mi decisión y solamente mía". La joven hace el amago de marcharse mientras Victoria continúa presionándola hasta que Adriana pierde el conocimiento y cae al suelo.
