Personas del colectivo LGTBIQ+ se abren paso en el mundo rural

José Luis Pérez y Jesús Muñoz forjaron su relación hace más de 20 años en Alcázar de San Juan, un municipio de 30 mil habitantes en Ciudad Real. José Luis pensó en escapar a la gran ciudad por miedo al qué dirán.

Sin embargo, la pareja se quedó en ese municipio. Llevan 23 años juntos, 16 casados; juntos se abren camino lejos de las grandes capitales. "Formamos parte de la sociedad de los pueblos", insiste Jesús Muñoz, aunque añade que "otra cosa es que seamos más o menos visibles".

Para que el colectivo adquiera la mayor visibilidad en Torrelaguna, un pueblo madrileño con 5.000 vecinos, Elena creó hace un año la asociación LGTBIQ+ Sierra Norte. Quiere que Alexandra, su hija trans, pueda vivir su identidad sin complejos. "A nosotros no nos gustaría que se fuese por el hecho de ser del colectivo LGTBI. Si te vas a Madrid es porque quieres vivir otra experiencia porque has encontrado un trabajo allí, no porque seas del colectivo y te sientas más segura", explica Elena Delgado.

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