Sinopsis
Todos los socios del Gobierno han lanzado duras críticas al PSOE este miércoles por cambiar de posición y permitir, con su abstención, que los toros sigan siendo patrimonio cultural. Ante las críticas, los socialistas han reconocido que tanto en el seno de su formación como en la sociedad hay división de opiniones y han asegurado que la decisión se tomó desde el Ejecutivo.
La abstención del PSOE impidió tramitar esa iniciativa legislativa popular avalada por 700.000 firmantes, lo que ha sorprendido y enfadado a las formaciones que respaldaron su investidura: "La ILP no cayó por falta apoyo social, cayó por una votación inexplicable del Partido Socialista", ha lamentado el ministro de Cultura, Ernest Urtasun.
Que la tauromaquia sea patrimonio cultural, implica una protección especial que permitiría que se celebraran con normalidad corridas de toros en todas las comunidades autónomas, incluidas aquellas en las que están prohibidas por el gobierno regional.
Es el caso de Cataluña, el parlamento las abolió en 2010 y la última faena fue en la Monumental de Barcelona en 2011. Aunque el Tribunal Constitucional anuló la prohibición en 2016 al considerar que invadía competencias estatales, los toros no han vuelto a la capital catalana.
"Aunque se pudiera oponer una comunidad autónoma a la celebración de festejos taurinos, realmente la ley ampara la celebración de esos festejos, al existir ese paraguas a nivel nacional. Hay todo tipo de titularidad de plazas de toros, a nivel autonómico, municipal o de titularidad privada", ha explicado Rafael García de la Torre, experto taurino y director del programa 'Clarín' de RNE.
