Sinopsis
Los microchips suponen un conflicto sin resolver entre las grandes potencias del mundo. Sin estos componentes esenciales nada funcionaría en un coche: la dirección, las ventanillas o la temperatura. Los Países Bajos han intervenido en su territorio una fábrica China. Esta empresa de chips en Países Bajos ha puesto en jaque al sector del automóvil. Nexperia ha sido intervenida por el Gobierno neerlandés ante la sospecha de que su matriz china podría llevarse tecnología.
Según el profesor de economía en la IE University, Juan Carlos M. Lázaro, "cada vez más compañías chinas están presentes en industrias de alta tecnología en Europa y eso, digamos, contradice los deseos europeos de tener una autonomía estratégica en estos sectores". En respuesta China ha suspendido la venta de estos chips, pieza clave en el sector del automóvil, y que son insustituibles en el corto plazo.
Según la gerente de I+D+i y formación de la Patronal de Componentes Sernauto, Cecilia Medina, "no es fácil cambiar esa cadena de suministro" y "cualquier paralización de stock supone paralización en nuestras líneas".
La automoción tiene una cadena de suministro muy compleja, donde una sola pieza puede fabricarse en varios países y esto aumenta el problema. La japonesa Honda ha tenido que parar una planta en México, y Volkswagen o Mercedes alertan de que tienen suministros solo para unos días. También puede afectar a otros sectores como los electrodomésticos.
Lázaro sentencia que "si las restricciones a las exportaciones de estos chips por parte de las autoridades chinas continúan, pues estas industrias se verán afectadas". Este viernes hay reunión entre la Unión Europea y China. Tratarán de llegar a un acuerdo para que Pekín vuelva a exportar chips y elimine el control de tierras raras, que son necesarios para fabricarlos.
Imagen: ACEA
