Sinopsis
El pasado martes Juana Rivas tenía que entregar a su hijo a su padre, tal como dictaba la última sentencia. El caos en el punto de encuentro hizo que este intercambio se aplazara. No es la primera vez que este mediático y complejo caso tiene complicaciones.
Para entenderlo debemos remontarnos a 2009, cuando Juana denunció a Arcuri, su pareja, por malos tratos. La justicia española lo condenó, pero tiempo después la pareja retomó la relación, se fue a vivir a Italia y tuvo un segundo hijo. En 2016, Juana huyó con sus dos hijos menores a España. En ese momento comenzó la batalla judicial, ella lo denunció de nuevo por violencia de género y él a ella por sustracción de menores. En 2017 la justicia obligó a Juana a devolver a los niños al padre. Ella se negó y se escondió durante más de un mes con ellos.
El caso saltó a luz pública y generó una ola de solidaridad con la madre que no coincide con lo que ocurre en los tribunales. Juana fue detenida, puesta en libertad y finalmente entregó a los pequeños.
Unos meses después, fue condenada a cinco años, que el Supremo rebajó a la mitad. Entró en prisión en 2021 y meses después el Gobierno le concedió un indulto parcial.
Comenzaron años de idas y venidas en los tribunales con varias denuncias archivadas hasta que, en 2024, la Fiscalía Italiana pidió procesar a Arcuri por supuestos malos tratos a sus hijos. Tras las vacaciones de Navidad, Juana incumple de nuevo la entrega del menor.
Daniel vuelve este viernes con su padre, que tiene su custodia, a la espera de que se resuelvan los procedimientos abiertos.
