El coste de enfermar

“Ahora hemos tenido que arreglar el baño, retirar la bañera y poner una ducha adaptable para que quepa la silla de ruedas, y también nos hemos cambiado de coche, para que tenga rampa y poderlo subir… La seguridad social te diagnostica y después se desentiende. Si no fuera por ADELA, la asociación española de ELA, no se qué sería de nosotros”. La que habla es Raquel, la mujer de Miguel Ángel, un chico madrileño de 52 años diagnosticado de ELA, esclerosis lateral amiotrófica; una enfermedad neurodegenerativa que te va paralizando poco a poco hasta que el cuerpo deja de funcionar.

Sin la misma gravedad pero con igual indefensión están otros colectivos como los afectados por el gluten. Se calcula que hay 450 mil celíacos en España, cuya única medicina que pueden tomar para evitar la enfermedad son los alimentos sin gluten, pero estos son muchísimos más caros que los convencionales.

Las personas con discapacidad auditiva también se encuentran en un laberinto para conseguir ayudas para unos aparatos que rondan los 8 mil euros, y los enfermos de cáncer ven cómo se les dan tratamientos cuyas secuelas deben costearse ellos (la caída del cabello, la caída de las uñas, de las pestañas…)…; es el coste de enfermar.