En este submarino de la armada vamos a pasar un intenso día de navegación a 300 metros de profundidad.
30/03/2025 00:25:44Entramos en el Arsenal de Cartagena donde está la base de submarinos, además de 21 unidades de la flota de la Armada. Y nos embarcamos en el Galerna, uno de los 2 submarinos de los que dispone actualmente la Armada Española. Es un veterano que sigue dando caña a pesar de sus más de 40 años de servicio. Es un submarino de propulsión diésel-eléctrica que alcanza los 300 mts de profundidad. El Galerna es un S-71 clase Agosta realizado por la Dirección Técnica de Construcciones y Armas Navales para la Marina Nacional Francesa. De esta clase de submarinos existen en el mundo 10 unidades distribuidas entre las flotillas de Francia, con cuatro unidades; Pakistán con dos unidades (construidas todas ellas en los astilleros de Cherburgo y Nantes de Francia), y cuatro unidades en la flotilla de España, construidas íntegramente por los astilleros españoles de la Empresa Nacional Bazán en Cartagena. Compartimos un día de navegación junto a sus 70 tripulantes. A través de ellos conocemos el submarino y su funcionamiento y cómo es una jornada de maniobras militares a bordo del buque.
La cámara de mando del submarino está en el centro de la nave y es como su cerebro. Como en un avión o en una nave espacial, los timoneles del submarino son sus pilotos. La marinero Consuelo Montoro, timonel del Galerna, nos cuenta cómo se pilota un submarino. Y si emergemos, ¿cómo vemos lo que hay en la superficie? El periscopio es crucial para evitar colisionar con alguna embarcación, es su ojo en el exterior nos explica el teniente de navío Javier González Negro, oficial de comunicaciones del Galerna. En cota profunda no hay luz y sus ojos son sus oídos…mediante el Sónar. El teniente de navío Ramón Liaño es el segundo comandante del submarino y nos cuenta su funcionamiento. De explicarnos la proa se encargan el teniente de navío y jefe de armas del Galerna, Jaime Payo, y el sargento de armas, César Manzanares. También nos colamos en la diminuta cocina en la que Yonny y Sandra hacen paella para los 70 tripulantes del submarino. Ducha cada tres días, 2 WC diminutos y camas repartidas por cualquier rincón para aprovechar cada cm de los casi 68 metros de eslora del Galerna.
En la popa está la sala de máquinas y la hélice que hace avanzar el buque y cuyo funcionamiento nos explica el teniente de navío, Javier Sánchez, jefe de máquinas del Galerna. Lo peor de estar en un submarino es la incomunicación con el exterior. “Es como viajar en el tiempo”, nos cuenta. “Entras y cuando sales estás en el mismo punto de cuando bajaste. El mundo ha avanzado pero tú solo has estado aquí”.
El submarino es un arma silenciosa que se basa en la discreción y en el sigilo bajo el agua. Su seguridad reside en no ser detectado. La mera presencia del submarino en una zona de operaciones es disuasoria ya que impide al enemigo actuar libremente por temor a un ataque. Además de obtener información del enemigo, su principal misión es la de lanzar torpedos a otros barcos. Grabamos cómo preparan el lanzamiento de un torpedo de ejercicio que no lleva carga explosiva.
El comandante del Galerna, Marcial Gamboa García de Lomas pasará en breve de pisar cubierta a pisar moqueta tras dos años al mando del buque. Nos cuenta cómo es la vida submarina.
Cada día de navegación de adiestramiento se realiza un simulacro de incendio a bordo. Y se hace muy a menudo porque es una de las situaciones más peligrosas que se pueden producir en un submarino. Al ser un espacio cerrado, el humo y los gases tóxicos se propagan rápidamente haciendo peligrar la vida de la tripulación, que al consumirse el oxígeno puede morir por asfixia. Para ventilar y renovar el aire es necesaria la inmediata salida a superficie o profundidad snorkel y arrancar motores diésel para que lleven la atmósfera al exterior como gases de escape de la combustión.
El resto de la dotación no necesaria para gobernar el submarino se dirige a la cámara de refugio (proa o popa) según donde se haya declarado.
Los encargados de gobernar el submarino en la cámara de mando y central y en el puesto de control de propulsión permanecen en sus puestos equipados con una máscara conectada a una línea de aire respirable.
Y emergemos de nuevo. Otra de las maniobras que hacen durante la navegación es con helicóptero. Lo posicionan en estacionario sobre el submarino, una maniobra que aunque no lo parezca tiene mucha dificultad, sobre todo con viento. Una vez posicionado el helicóptero puede efectuar un rescate, evacuar personal o provisionar piezas de repuesto o lo que necesiten. Tras la jornada de navegación, a las seis de la tarde volvemos a puerto, a la dársena del Arsenal de Cartagena
A bordo del submarino Galerna de la Armada Española entrevistamos al sargento Javier Doménech de propulsión haciendo la función de Nasar, nadador de salvamento y rescate: a Catherine González, contramaestre de maniobra y navegación; al teniente de navío Gonzalo Torralbo, oficial de navegación; al alférez de navío Santiago Colsa, oficial de propulsión y seguridad interior; al teniente de navío Juan Carlos Crespo Gómez, oficial de electricidad; al marinero Alejandro Chacartegui, a la marinero Consuelo Montoro, timonel; al teniente de navío Javier González Negro, oficial de comunicaciones; al teniente de navío Ramón Liaño, segundo comandante del submarino: al teniente de navío, Jaime Payo, jefe de armas; al sargento César Manzanares de armas submarinas; al teniente de navío, Javier Sánchez, jefe de máquinas; al cabo primero Albert Yonny Montes, jefe de cocina; a la cabo Sandra Velásquez, ayudante de cocina y a Marcial Gamboa García de Lomas, capitán de corbeta y comandante del Galerna.
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