Episodio 2

Cada amanecer y cada atardecer se convierten en un espectáculo natural sin parangón cuando las enormes bandadas abandonan o regresan a sus dormideros tras pasar el día alimentándose. Es un espacio de abundancia, pero también con amenazas en forma de depredadores, siempre en busca de una presa desprevenida. En ese entorno privilegiado convivirán hasta que los espectaculares bailes nupciales de las grullas anuncien la inminencia de la primavera y el viaje de regreso a sus distintos lugares de cría que deberán afrontar las aves del frío.