La masacre de la redada policial en Río de Janeiro empaña la víspera de la cumbre del clima en Brasil

En una franja boscosa entre dos favelas de Río, los vecinos han recogido con sus propias manos los cuerpos abandonados tras una redada policial que ha dejado más de 130 muertos. Los testimonios denuncian ejecuciones sumarias y un ciclo de violencia que vuelve a cebarse con los habitantes más pobres de la ciudad brasileña. Mientras el gobernador de Río, afín al expresidente Jair Bolsonaro, ha celebrado el operativo como un éxito, las familias han velado a sus muertos en silencio y miedo.

La ONU ha exigido respeto a los derechos humanos y el ministro de Justicia brasileño ha pedido una investigación al Supremo. El propio presidente, Lula Da Silva, se ha mostrado sorprendido por el número de víctimas, a pocos días de la cumbre del clima.

Foto: ANDRÉ COELHO