Sinopsis
Por fin Pablo regresa, pero no tiene ninguna prueba que inculpe al marqués en la muerte de Ricardo Márquez. Gonzalo, tras la pelea de la cantina entre sus hombres con Ángel y Ventura, y con la ayuda de Hugo de Viana, consigue que ambos terminen en la cárcel
En Casa Márquez, Justo se siente engañado por Vicenta y decide romper su compromiso con ella. Por su parte, Pablo trata de disimular sus sentimientos ante Encarna seguro de que ella está enamorada de Alejandro. Ella, en una posición difícil ante el servicio de la casa, piensa que Pablo solo la protege por ser la madre de su hijo.
Las pruebas que inculpan a Gonzalo llegan, por medio del investigador que contrató, a manos de Alicia. Ella acude al palacio y propone al marqués un pacto: no dirá nada si le deja en paz a Salvador y a ella y su negocio. Victoria, enterada de esta visita, acude al prostíbulo a pedir ayuda a Alicia y posteriormente a Ángel. El Marques, al enterarse de estas salidas, decepcionado y lleno de ira, le prohíbe salir del palacio.
Julio, acreditándose ante Vicenta, consigue que Justo y ella se arreglen. Tras la condena a muerte de Alejandro los sentimientos entre Encarna y Pablo afloran y terminan uniéndose.
Debido a los enfrentamientos entre Victoria y Gonzalo, esta no le acompaña a la fiesta del nombramiento de Hugo de Viana, produciéndose durante la misma la noticia de un atentado en el astillero. Ángel, liberado, espera a Victoria en el acantilado. Sorprendiéndole, quien acude es Gonzalo. La conversación es breve y dura. La amenaza del marqués, rotunda.
