Ángela se defiende con un puñetazo al marqués de Andújar

El amigo del capitán de la mata ofrece a Ángela ir a su palacio, a enseñarle los olivares, a la vez que empieza a acariciarla. La joven aparta rápidamente la mano, y rechaza su ofrecimiento, pero el hombre no para, y agarra a la hija de Leocadia, que le exige que la suelte.

Cuando por fin consigue zafarse de él, Ángela se marcha, pero el marqués comete un acto despreciable, azotándola: "Así me gustan las mujeres, con carácter". Claro, que la joven no va a permitir que sea humillada de esa manera y arremete contra don Facundo, propinándole un puñetazo que lo tira al suelo.