El agradecimiento del marqués que deja sin castigo a Curro

Santos y Curro recogen el cuadro delante del marqués cuando Alonso le pide a su hijo que no se vaya. El joven entiende que su padre esté molesto con él, pero en realidad lo que el Luján quería era darle las gracias: "Entiendo tu desconcierto. Lo que ha pasado con esa pintura es inaceptable en cualquier palacio que se precie. Pero ese cuadro nos estaba llevando a todos por la calle de la amargura. Siento que desde que lo has destrozado, ha vuelto el aire fresco a esta casa. No hiciste nada que no quisiéramos hacer todos, excepto Lorenzo".

Estas palabras significan que no va a tomar represalias contra Curro, pues comprende sus motivaciones y no va a reprenderle. Así se lo hace saber también a Ballesteros, que le informa que ha sido el lacayo el culpable y que le llamaba para que no tenga la tentación de contradecir su orden y castigarle por su cuenta. Una vez que don Alonso se ha marchado, el lacayo le explica a su superior que debería estar arrepentido, pero no es así. En cambio, el mayordomo también se alegra de la acción de Curro.