Sinopsis
La tempestad de la dana debía dar paso a la calma y la reconstrucción, pero tardó meses en llegar a municipios como Sot de Chera. "Aquí estuvimos siete meses sin agua potable y otros tantos sin luz corriente", han contado los vecinos a TVE. Un año después de la dana, los suministros básicos ya se han restablecido, pero los valencianos de la zona cero conviven a diario con el olor del polvo y el sonido de la maquinaria trabajando aún por despejar carreteras.
La vida tampoco ha vuelto a ser igual para el sector agrario o el de los servicios en los municipios afectados. 460 comercios no han vuelto a levantar la persiana y algunos ni siquiera la conservan. En un pequeño municipio de la comarca de La Serranía el agua llegó con tanta fuerza que donde antes había un bar ahora es difícil saber dónde estaba siquiera la puerta.
Pero a quien le cuesta más mirar hacia delante es a quien perdió a un ser querido ese día. Una de esas personas es Ana, que estaba en su casa jugando con sus hijos. En cuestión de minutos, las ventanas estallaron y su casa se inundó. Todavía sueña con las últimas palabras de su marido. "Me dijo 'nos vamos a morir. La finca no va a aguantar, nos vamos a morir los cuatro'". En ese primer colapso, él cayó al agua. La corriente lo arrastró 50 kilómetros y su cuerpo apareció un mes más tarde.
Ahora, pide justicia y reparación. "Yo no recibí ninguna alerta en el móvil, porque si no mi familia estaría viva. No vinieron a buscarnos ni a avisarnos nadie", denuncia. Asistirá al homenaje oficial, al que pide que Mazón no asista.
