Eurovisión, a negro

En teoría, es un festival de la canción, pero es bien conocida su dinámica en la que entran en juego las filias y fobias geopolíticas. La última guerra en Gaza parece, sin embargo, haberlo cambiado todo. En 2022, Rusia fue expulsada por la invasión de Ucrania. No ha ocurrido lo mismo con Israel y el posicionamiento de TVE desde un principio ha sido claro: o se expulsaba a Israel o España dejaría de participar en el certamen a pesar de ser uno de los principales contribuyentes de la UER. Dicho y hecho. La radiotelevisión pública ha cumplido con lo prometido tras la decisión de la Asamblea General de la Unión Europea de Radiodifusión -sin votación específica- a favor de la permanencia de Israel. "Mantenemos la misma posición de hace unos meses cuando dijimos que la presencia de Israel era insostenible", decía hace unos días, durante su comparecencia en el Senado, el presidente de RTVE, José Pablo López: "en primer lugar, por el genocidio que se ha perpetrado en Gaza. Y yo sigo pensando que el Festival de Eurovisión es un concurso, pero que los DD.HH. no son un concurso".