Sinopsis
Es pequeña y desconocida, pero un gran motor económico. Comando Actualidad recorre las dehesas, montes, bosques y pueblos de España donde sus habitantes producen y viven de la bellota. De cada alcornoque, rebollo, encina o roble se obtienen entre 10 y 15 kilos de bellota al año. El fruto no solo da de comer al famoso cerdo ibérico, sino que engorda pavos o bueyes de razas autóctonas. Su carne tiene un sabor diferente por la composición e infiltración de la grasa y se ha convertido en producto gourmet. Hay comarcas en las que se ha recuperado la molienda de la bellota para elaborar pan o queso de alta calidad y se ha convertido en un aliado contra la despoblación. El programa de reportajes asiste también a un concurso de bellotas y desvela por qué este fruto que ya comían los romanos desapareció de la dieta mediterránea.
Pavos pata negra. Alfonso alimenta a sus pavos con bellota, “infiltra más grasa y queda muy sabroso. Y eso que se ha dicho que el pavo es seco”, cuenta mientras muestra cada rincón de su dehesa y señala por qué los pavos se suben a las encinas para comer el fruto directamente de la rama. Cada noche los reúne para meterlos en una nave portátil y trasladarlos a otro punto para que los pavos, al día siguiente, puedan comer bellotas recién caídas. Desde San Pedro de Rozados, en Salamanca, Alfonso envía pavos asados y precocinados a toda España.
Buey bellotero. “Si mis abuelos supieran que le doy bellota a los bueyes pensarían que estoy muy loco” asegura Salva, propietario de una cabaña de 57 bueyes de razas Morucha y Berrenda en la provincia de Salamanca. “El coste de producción es alto porque mínimo tienen que estar cinco años en el campo, pero se han convertido en un producto gourmet”, asegura. Sus bueyes comen bellota de roble. El Instituto Agrario de Castilla y León ha demostrado que la infiltración de la grasa en la carne de estos bueyes gracias a la bellota aporta un sabor diferente a la carne de otros bueyes.
La bellota más grande. Se celebra el decimotercer concurso de la bellota más grande de la comarca de los 17 pueblos que componen el Valle de los Pedroches, en Córdoba. Se presentan decenas de candidatas, cada una en su sobre y se las valora por el peso. Una a una se depositan cuidadosamente en una balanza. La bellota ganadora de este año pesa 27,61 gramos. El rey de la bellota se lleva contento como premio un jamón; de bellota, claro. El concurso es sólo una excusa para reunir a productores, comercializadores y ganaderos de un territorio en el que este fruto es un gran motor económico.
Con un pan de bellota bajo el brazo. En su casa de pueblo, situada en Espinosa de los Monteros, Burgos, Nacho guarda, seca y muele un fruto que ya comían los romanos. Es uno de los pocos productores de bellota que hay en España. “Es una manera de recuperar la conexión con la naturaleza y con nuestra tierra y de revalorizar el bosque”, comenta Nacho mientras hace trabajar al molino de piedra. Desde hace diez años se dedica a elaborar la harina de bellota que después le compran restaurantes o panaderías. La bellota ayudó a Nacho y a Ana a cambiar de vida. Dejaron la ciudad y ahora viven en un pueblo de 335 habitantes en las inmediaciones del bosque de Izki, en Álava, una de las mayores reservas naturales de roble en España. Allí elaboran un pan muy desconocido y rico en la proteína natural que aporta la bellota.
Ruta del Jabugo. En el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, en Huelva, el jamón ibérico es un modo de vida y un reclamo turístico. “Vienen a visitarnos muchos estadounidenses, gente de Singapur, China y también turismo nacional”, asegura la guía turística. “Nuestros cerdos se alimentan de bellotas, que están muy valoradas por sus propiedades nutricionales: 90% ácidos grasos saludables”, añade mientras enseña a los viajeros la dehesa. Los turistas, además, degustan y aprenden las características del buen jamón frente al plato, en una cata. En nuestro país hay cuatro denominaciones de origen de jamón de bellota: Guijuelo, Dehesa de Extremadura, Jabugo y Los Pedroches. La montanera es el periodo final de cría del cerdo de raza ibérica que contará con la calificación de bellota. Empieza el 1 de octubre y acaba el 31 de marzo.
