Un trabajo “de narices”

Visitamos en Barcelona una empresa que mide y neutraliza los malos olores, por ejemplo en industrias químicas. Allí trabajan 12 panelistas. O lo que es lo mismo, expertos en detectar y neutralizar olores capaces de tumbar hasta al más fuerte. Trabajadores a tiempo completo se dedican a mejorar los olores que resultan más desagradables. Incluso huelen y describen las muestras de aire del humo de la chimenea. Porque el olor no se ve, pero se puede medir y diluir.

El estudio de los olores es desconocido porque no existe actualmente una regulación que establezca cuál debe de ser el impacto máximo de los olores en el ambiente. Esta empresa tiene dos líneas de trabajo para analizar los olores: una es la percepción del análisis sensorial, usando como herramienta la nariz de personas y la otra, en un laboratorio cromatográfico, realizan un análisis químico para identificar aquellas moléculas que se correlacionan con los olores que pueden ser agradables o desagradables.