Sinopsis
Tras la aprobación del Real Decreto que regula el número de contratos formativos que se pueden hacer en un centro de trabajo, han surgido algunas dudas. Algunos los confunden con los contratos de formación en alternancia, incluso con las becas. Por eso en esta píldora laboral hablamos de las 3 posibilidades que hay de formarnos en el trabajo.
Primero están las BECAS o PRÁCTICAS NO LABORALES. Son los becarios de toda la vida y siguen esperando un estatuto que no llega. No son contratos de trabajo. Es una formación vinculada a los estudios pero solo para aprender, no para producir en la empresa.
Tienen que ser estudiantes universitarios o de FP y que su centro educativo tenga un convenio en prácticas con la empresa. y no, no pueden trabajar, van solo a aprender.
No es obligatorio que te paguen y si te pagan algo es como ayuda al estudio, no es un salario. Por cierto, desde 2024, los becarios cotizan a la Seguridad Social, aunque no generan paro.
Luego está el Contrato Formativo en Alternancia, que se llama así porque alterna formación y trabajo. Aquí sí hablamos de empleo, pero no como un trabajador más porque tienes que dedicar un tiempo a la formación teórica SÍ o Sí.
Estás cursando estudios y compaginándolos con un trabajo a tiempo parcial y con un sueldo proporcional a la jornada que trabajes, y nunca por debajo del Salario Mínimo.
Y en tercer lugar está el Contrato en Prácticas. Y es para para tener una práctica relacionada con un título que ya has conseguido, que puede ser universitario o de FP o un Certificado de Profesionalidad. Aquí firmas un contrato laboral, aquí trabajas, aunque tampoco como uno más de la plantilla, entre otras cosas debes tener un tutor. Y dependiendo de tu convenio colectivo puedes cobrar más o menos pero por lo menos el salario mínimo.
Contrato en prácticas, de formación en alternancia y los becarios, tres formas muy distintas de formarse en una empresa. Por cierto, en España hay 1.700.000 becarios, el 22 % mayores de 30 años. ¿Qué te parece?
