El tartazo de Margarita a Lucrecia

Lucrecia ansía ahora un placer mayor, uno más grande que acostarse con Gonzalo. Necesita restregárselo a Margarita. La obliga a acudir a Palacio para que le haga unos arreglos a un camisón. Cuando están a solas la Marquesa le habla de su visita al maestro y de cómo tuvieron 'una auténtica puesta al día'. Margarita explota y le espeta unos dulces de merengue en toda la cara. (Cap. 81)