Blanco y negro. Plano de detalle de unos labios de mujer… la cámara va subiendo hasta centrarse en los ojos que dirigen la mirada hacia su izquierda y después a su derecha. Miran al frente y el plano se cierra sobre el ojo derecho. La tonalidad se vuelve rojiza… del interior del ojo sale con efecto zoom el título de la película… tras desaparecer, surge una espiral que acaba engullendo el ojo y que va cambiando de color… tonos rojizos, azules y verdes… la espiral se transforma en unas figuras geométricas que recuerdan a un ramillete de flores… que vuelven a la espiral… hasta que el ojo rojizo vuelve a adueñarse de la pantalla… Fundido a negro.
En 1958, Alfred Hitchcock dirige VÉRTIGO un thriller obsesivo en el que un detective de compleja personalidad recorre esa delgada línea que separa la cordura de la locura al obsesionarse con la mujer a la que está investigando.
Lo que más me interesó de esta historia fueron los esfuerzos que hacía el protagonista, no podía ser más que James Stewart, para recrear una mujer, a partir de la imagen de una muerta.
Fobias, filias, obsesiones, sueños, pasiones, engaños, recuerdos, símbolos, juegos cromáticos y música de Bernard Herrmann… VÉRTIGO…
François Truffaut: EL CINE SEGÚN HITCHCOCK
Eugenio Trías: VÉRTIGO Y PASIÓN
Bernard Herrmann: BSO VERTIGO
Christoph Willibald Gluck: “Che faro senza Euridice” de Orfeo e Euridice. Seung-Hee Lee / Evan Solomon.
The Everly Brothers: All I Have To Do Is Dream.
Franz Joseph Haydn: Cuarteto op.3 nº5 “Serenata”. Cuarteto Alban Berg.
Johnny Cash: The Ways Of A Woman In Love.
Patti Page: Another Time, Another Place.
Nina Simone: My Baby Just Care For Me.