Para que podamos comprender que la única realidad posible es una mera imagen, los productores de cultura explican por medio de la alegoría la existencia y funcionamiento de la red que maneja los hilos. E sa red conspira, quizá porque la propia idea de conspiración esté en el paranoico ser humano. Su conspiración se dirige a mantener su poder económico y político. Por ello los productores de cultura utilizan la narrativa conspirativa como alegoría política, policíaca, psicológica o terrorífica para explicar la Gran Conspiración. Alan J. Pakula en TODOS LOS HOMBRES DEL PRESIDENTE (1976), intenta la cuadratura del círculo alegórico: realiza una película política que parece cine político con material real. La realidad supera a la ficción y siguiendo el libro que escribieron los dos periodistas que destaparon el caso Watergate, Pakula filma una alegoría política de la Gran Conspiración con materiales abiertamente políticos.
El Estado no sólo se manifiesta en una inmensa burocracia de políticos elegidos en las urnas, sino que, una vez eliminada la política democrática del poder ejecutivo, se organiza en una burocracia que conspira para mantener el poder económico y político. En EL ULTIMO TESTIGO (The Parallax View), también de Pakula (1974), es asesinado un senador en su carrera a la Casa Blanca. La comisión de investigación manifiesta que ha sido un hecho aislado, aunque no todos piensan así.....U na alegoría de los asesinatos políticos que tuvieron lugar en los Estados Unidos en la década de los 60: JFK, Martin Luther King, Bob Kennedy ¿Y de las muertes en extrañas circunstancias de un número elevado de testigos de dichos asesinatos.
El asesinato paradigmático de los últimos tiempos es el de JFK. Una vez más, la realidad supera a la ficción y como en TODOS LOS HOMBRES DEL PRESIDENTE los hechos reales son el mejor argumento para denunciar la trama conspirativa. En JFK (1991), de Oliver Stone, se expone la teoría de la Gran Conspiración para denunciar el complot que desembocó en el asesinato del Presidente. La película, basada en el libro de Jim Garrison, el fiscal de Nueva Orleans que reabrió el caso años después del crimen, utiliza una narrativa documental para desentrañar una trama que la Comisión Warren, encargada de la investigación, desestimó.
TODOS LOS HOMBRES DEL PRESIDENTE, JFK y EL ULTIMO TESTIGO son ejemplos fehacientes de conspiraciones. Conspiraciones que no podrían funcionar sin ese rasgo tan humano que es la paranoia. La sociedad es paranoica y como tal la conspiración es real y goza de buena salud.