Alicia estaba empezando ya a cansarse de estar sentada con su hermana a la orilla del río sin hacer nada... Así pues, se puso a considerar si el placer de tejer una cadena de margaritas le valía la pena de levantarse para ir a recogerlas, cuando de golpe saltó corriendo cerca de ella un conejo blanco de ojos rosados...
ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS de Lewis Carroll.
Alicia Liddell no recordaba otro cuento que la hubiera entusiasmado tanto entre los muchos que oyó de boca de Carroll... Fue Alicia la que le insistiría más tarde para que le escribiera el cuento. Carroll, como regalo de navidades, se lo entregaría escrito de su puño y letra y con unas ilustraciones dibujadas por él mismo...
Con música de Beethoven, The Corrs y Angelique Kidjo.