Puyi nació príncipe. Con solo tres años se convirtió en emperador de China, uno de los países más grande del mundo. Tras la revolución se convirtió en un ciudadano más.
Pasó de vivir en el complejo palaciego más protegido e inaccesible de la tierra, como era la Ciudad Prohíbida, rodeado de funcionarios, eunucos y sirvientes, a barrer las calles de Pekín.
La difícil vida de un niño separado de sus padres y al que le otorgan una responsabilidad enorme, sin poder tener a su lado a ninguno de sus progenitores para guiar su educación y orientarle en su ardua tarea.
Dirigido por funcionarios corruptos primero y después por intereses japoneses que le nombraron emperador de Manchuria, se dejó llevar como un títere sin cabeza gran parte de su vida.
Su reinado acabó cuando tenía treinta y siete años. Momento en que el ejército de la Unión Soviética liberó Manchuria y le apresaron, poniéndole a disposición de las autoridades chinas. Pasó diez años en la cárcel y cuando salió escribió su propia autobiografía.
Difícilmente encontraremos una vida tan extrema de un ser sobre la tierra como la de Aisin Gioro Puyi, que pasó de ser un rey-dios a convertirse en un hombre corriente..
Pablo Sierra, experto en la cultura china y residente en Pekín durante varios años, nos acompañará para conocer la vida de "El último emperador" .