El plan de paz propuesto por Estados Unidos para poner fin a la guerra en Ucrania está a la misma distancia del éxito que del fracaso. De momento no es más que la base sobre la que se puede construir un documento que acerque a todas las partes, si las negociaciones de Washington a dos bandas consiguen encajar las condiciones de Moscú y Kiev. La primera, la exigencia de Rusia de quedarse con el Donbas y la península de Crimea que ya ocupa en su totalidad. Es una línea roja para Ucrania, que no está dispuesta a ceder territorio. 2026 puede ser el año en que haya avances sustanciales en la negociación dicen los analistas, que ven a rusos y ucranianos abocados a alcanzar un acuerdo de paz. Para el Kremlin, el coste de la ocupación y de seguir avanzando en el frente es muy elevado. Para Kiev, solo con la financiación de los socios europeos, es muy complejo resistir y no parece realista que pueda recuperar el territorio ya ocupado por el ejército ruso, casi un 20 por ciento. La paz no llega a Ucrania, cuya población sigue bajo los bombardeos rusos.
Hablamos con Sasha Molotkova, analista política ucraniana; con el investigador del CIDOB Víctor Burguete y el coronel de infantería de Marina Juan Ángel López Díaz, reunidos por el Centro de Diálogo Transatlántico y Eurodefence Joven España
Es un reportaje de Aurora Moreno
