"Descanse en paz" es la frase de la corona de flores de la Brigada de Salvamento Minero que rescató a Julen, el niño de dos años hallado muerto tras caer a un profundo y estrecho pozo hace dos semanas en Totalán (Málaga), palabras que presiden el nicho donde hoy ha sido enterrado el pequeño en Málaga.
Los ocho integrantes de la Brigada de Salvamento que participaron en el rescate del pequeño Julen 13 días después de haber caído 71 metros por un estrecho pozo situado en Totalán (Málaga) se encuentran "cansados y con ganas de volver a la rutina", pero en ningún caso se sienten como héroes. En estos términos se ha expresado el ingeniero jefe y director técnico de la Brigada desde hace seis años, Sergio Tuñón, que hoy ha comparecido en una rueda de prensa junto a los otros siete miembros del equipo que excavó durante más de 30 horas el túnel de casi cuatro metros que permitió conectar el pozo para el rescate con el que albergaba el cuerpo sin vida del pequeño. Su comparecencia en la sede de Hunosa, en Oviedo, ha tenido lugar al mismo tiempo que se celebraba en Málaga el acto religioso, previo a la inhumación del pequeño de dos años, cuyo cuerpo fue localizado pasadas las 1:30 horas del sábado por dos brigadistas acompañados por un guardia civil. "Normalmente, trabajamos desde el anonimato, y esto nos desbordó. Ahora, básicamente, estamos cansados y tratando de recuperar nuestra vida, y mañana o pasado poder estar de nuevo al pie de teléfono o continuando con las funciones de formación con otros cuerpos", ha subrayado Tuñón tras dar de nuevo el pésame a los padres del pequeño y reconocer que les hubiese gustado acercarse hasta el tanatorio. 27/01/19