En la programación especial de Las mañanas de RNE con motivo del segundo aniversario de la guerra en Gaza, conversamos frente a la valla que separa Israel de la Franja con Daniel, un ciudadano israelí objetor de conciencia que rehusó a ir al Ejército. Una decisión que tomó después de "un proceso largo y doloroso" y que le llevó a estar 50 días en una prisión militar. "Sigo pagando un precio muy grande. En público no puedo mostrar empatía con los palestinos porque me arriesgo a que me echen del trabajo. Perdí muchos amigos porque para la sociedad israelí yo soy un traidor".
Daniel nos cuenta que, cuando era más joven, estaba deseando ir al ejército porque "se creía todas las historias que le habían contado sobre Israel cuando estudiaba". Todo cambió cuando pasó de vivir en un kibutz, en una comunidad cerrada, a vivir en Jerusalén, adonde se trasladó para estudiar en la universidad y comenzó a convivir con ciudadanos palestinos. "Me empecé a hacer preguntas. Un día visité el museo Yasser Arafat y vi que Israel había cometido masacres contra civiles palestinos. Este tipo de experiencias me empezaron a hacer cuestionar mi ideología", explica Daniel, que considera que mientras Israel siga cometiendo un genocidio sin consecuencias, en completa impunidad, no tendrá motivación para dejar de ejercer la violencia contra los palestinos. Entrevista completa en RNE Audio.
