Barcelona es la primera ciudad del Estado en utilizar las etiquetas ambientales de la DGT para reducir la contaminación. El 1 de diciembre se empezó a aplicar el protocolo para restringir el tráfico a los vehículos más contaminantes en caso de episodio de contaminación por dióxido de nitrógeno. En estos episodios de contaminación se prohíbe la circulación a los turismos de gasolina anteriores al año 2.000 y los diésel previos a 2006 además de las furgonetas anteriores a octubre de 1994. Una prohibición que será permanente a partir de 2020. Las infracciones se sancionan con una multa de 100 euros. Durante esos episodios, que suelen producirse tres veces al año como máximo, se ofertará una tarjeta de transporte multipersonal un 10% más barata, la T-Aire. Además, para favorecer la retirada de la circulación de vehículos contaminantes, la Autoridad del Transporte Metropolitano promueve un nuevo título de transporte gratuíto para todo el ámbito integrado durante tres años, para las personas empadronadas en el área metropolitana que acrediten el desguace reciente de su vehículo contaminante y que se comprometan a no adquirir ningún otro durante esos tres años. Un estudio atribuye a la contaminación 250 muertes y 1.500 ingresos hospitalarios cada año en Barcelona, derivados de la superación de los límites de contaminación que recomienda la OMS, la Organización Mundial de la Salud.