Aficionado al bluegrass y devoto del bop (Charlie Parker, Dizzy Gillespie), Creed Taylor empezó su carrera como productor en 1954, en la compañía Bethlehem; de ahí pasó a ABC Paramount, donde fundó la legendaria etiqueta Impulse!. En 1962, se responsabilizó del sello Verve y lanzó al estrellato a Stan Getz, Joao Gilberto y Astrud Gilberto, además de producir espléndidas grabaciones de Bill Evans, Wes Montgomery y Freddie Hubbard; y en 1967 repitió suerte al frente de A&M, con Tom Jobim y Quincy Jones en nómina. Pero su gran apuesta comercial y artística fue el sello CTI, paradigma de un jazz elegante, con personalidad propia y capacidad de ocupar un espacio importante en el mercado del pop de los años 70. Esther Phillips fue una de las grandes divas del soul que grabó en CTI.