En 1496, Juan del Encina publica su Cancionero, con una edición en Salamanca. Será la primera de varias: la segunda, en Sevilla, ve la luz 1501; la tercera, en Burgos, cuatro años después, en 1505; sólo dos años más tarde, en 1507, en Salamanca; y, posteriormente, en Zaragoza, en 1512 y en 1516. Y así, continuará, silenciosamente, su escritura plena en los destellos que orbita entre dos épocas, dos sistemas de pensamiento y voz, con un mundo entre su ocaso y otro horizonte en llamas. Integran el Cancionero de Juan del Encina las obras Arte de poesía castellana, Paráfrasis de las Églogas de Virgilio, Poesías religiosas y devotas, los Poemas alegóricos: El triunfo de la Fama y El triunfo del Amor, Tragedia trovada a la dolorosa muerte del príncipe don Juan, Poesías de amores y de burlas, Glosas y villancicos, y Representaciones dramáticas. Dos años después se instala en Roma. ¿Cuál ha sido el camino, y también las razones de Juan del Encina, desde la casa de Alba, donde ya ha servido varios años, para instalarse en la Roma papal?