1492, el año prodigioso, marca el salto de luz entre dos mundos, con un punto de giro en el relato de nuestra construcción en el mapa del tiempo: de la Edad Media a la Moderna, ante ese nuevo territorio que, desde entonces, marcará un sueño de horizonte para Europa. Sin embargo, nada de eso se sabe el 2 de enero, cuando los Reyes Católicos culminan su conquista del reino nazarí de Granada: después de una contienda de ocho siglos, que ha tenido momentos de intercambio en un largo romance de frontera, se exiliará Boabdil, el último rey moro. Cristóbal Colón convence a los Reyes Católicos para su largo empeño neblinoso de la ruta marítima occidental a las Indias y firman las Capitulaciones de Santa Fe. Partirá el 3 de agosto desde Palos de la Frontera: el 12 de octubre, las tres naves desembarcan en la isla Guanahaní, la actual Bahamas. A finales de mes, Cuba; y el 5 de diciembre, La Española. Cuando encalla la Santa María, los hombres de Colón usan sus despojos para levantar una empalizada: será Fuerte Navidad, el primer poblado español en América. Esos días navideños, al otro lado del océano, un literato llamado Juan del Encina, de 24 años, estrena ante los duques de Alba dos églogas, con unos pastores proclamando el nacimiento de Cristo. Juan del Encina, con visión, aspira a unir su futuro a la casa de Alba, mientras un nuevo mundo modifica el futuro que lo acoge, como su primer poeta y fundador del teatro de España.