Quizá no sean los lieder de Brahms (196 para una sola voz entre 1853 y 1896) lo más conocido de su produccion. Pero hay en ellos innumerables bellezas, en la línea iniciada por Schubert o Schumann, que indagan en los más recónditos pliegues de la emoción y que trataremos de estudiar y explicar a lo largo de los tres meses de verano
A lo largo de un extenso período de cuarenta años, entre 1853 y 1896, Brahms publicó 196 lieder para una voz y piano distribuidos en 32 volúmenes, cada uno con su número de opus. Una cuantiosa produccion que ha empezado a ser conocida en su integridad hace relativamente poco. A estas canciones de concierto vienen a sumarse otros cuadernos de canciones populares alemanas sin número de opus. El músico hamburgués se encuentra en el curso de una tradición europea que es la que habían seguido Schubert y Schumann, en la que, casi coetáneamente, se integra Wolf y que es seguida muy poco después por Mahler y Strauss. Importancia de lo melódico, de lo estrictamente musical (siempre en términos generales) antes que de lo literario; recuperación de esquemas estróficos (con mucha variantes sin duda), despliegue emocional de gran fuerza (aunque tamizado por un proverbial sentido de la forma clásica); paulatina estilización hacia la más íntima y tierna poesía; evidente influencia de los elementos folclóricos (a veces, en anticipación a Bartók, meramente imaginarios). He ahí algunos conceptos que definen la liederística del hamburgués y que trataremos de explicar en este programa veraniego.