Locos por los clásicos El escudo de Eneas. Eneida libro VIII19/12/2025
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El héroe troyano deja de ser un exiliado errante para empezar a convertirse en fundador de una civilización. El Libro VIII de la “Eneida” de Virgilio es un canto decisivo, una pausa solemne antes de la gran guerra, donde la épica se mezcla con la política, la religión y el destino de Roma.

Tras la declaración de guerra de Turno, Eneas busca aliados. El dios Tíber se le aparece en sueños y lo guía hasta el rey Evandro, un anciano sabio que gobierna un asentamiento humilde en el monte Palatino, la futura Roma. El encuentro es mucho más que una alianza militar: es un pacto entre pasado y futuro, entre la pobreza originaria del Lacio y la grandeza que vendrá. Evandro le muestra a Eneas una Roma primitiva, hecha de chozas, bosques y colinas sagradas, recordándole que la verdadera grandeza nace de la austeridad y la ley. Durante su estancia, Virgilio inserta el relato genial de Hércules y Caco, una lucha entre civilización y barbarie que anticipa el papel de Roma como fuerza ordenadora del mundo.

Mientras tanto, en el Olimpo, Venus convence a Vulcano para que forje armas divinas para su hijo. El resultado es uno de los momentos más célebres de la literatura clásica: el escudo de Eneas. En él no aparecen gestas pasadas, sino la historia futura de Roma, desde Rómulo y Remo hasta la victoria de Augusto en Accio. Eneas lo contempla sin comprenderlo del todo, cargando sobre sus hombros no solo una armadura, sino el destino de un imperio.

El Libro VIII es así un canto de tránsito y de revelación. Virgilio detiene la acción bélica para legitimar la guerra que vendrá: no como violencia gratuita, sino como deber sagrado. En este “episodio” de la serie genial que es “La Eneida”, historia, poesía y política se funden en una sola visión.

Como no hay nada más moderno que los clásicos grecolatinos, les ponemos música actual. La banda sonora del Libro VIII de la “Eneida” de Virgilio está formada por “Batalla sobre el hielo” de la ópera “Alexander Nevsky” de Serguéi Prokófiev; la banda sonora de Howard Shore para El Señor de los Anillos; “Solsbury Hill” de Peter Gabriel y la banda sonora de Ramin Djawadi para Juego de Tronos.

La imagen corresponde al cuadro de Pomeo Batoni “Venus entrega las arms a Eneas” (1767) que se encuentra en el Museo Hermitage de San Peterburgo

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