Las mañanas de RNE con Josep Cuní se fija, en la noticia científica, en los microplásticos. Un estudio de la Universidad de Nuevo México desvela dónde van a parar dentro de nuestro cuerpo. Han tomado muestras de personas fallecidas y los órganos en los que han encontrado mayor concentración de microplásticos son el riñón, el hígado y, sobre todo, el cerebro. Han detectado, además, que la concentración de partículas ha aumentado con el paso de los años y que es aún mayor en las personas que padecían demencia. Ángel Nadal, catedrático de fisiología de la Universidad Miguel Hernández de Elche, explica que estos microplásticos pueden actuar de dos maneras en nuestro cuerpo: "de manera física, como partícula que está en un tejido donde no debe de estar" y "como vehículos para compuestos químicos tóxicos que están en el propio plástico". En el segundo caso, apunta, "hay compuestos que afectan a nuestras células, incluyendo las neuronas. Cambiando la fisiología de las neuronas y las conexiones entre ellas".