Durante las fiestas navideñas, el marisco no suele faltar en la mesa de la mayoría de familias españolas. Más de uno hoy se va a hartar a comer gambas. También a chupar sus cabezas. Pero cuidado si es tu caso porque este manjar gastronómico podría dañar tu salud. Las cabezas de los crustáceos acumulan ciertos compuestos perjudiciales como metales pesados o toxinas ambientales. Se trata de un tipo de carne oscura que, a diferencia de la blanca que se encuentra en el abdomen o las patas, afecta negativamente a los riñones, el hígado e -incluso- puede llegar a aumentar la fragilidad ósea.
La directora ejecutiva de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), Ana López-Santacruz, ha explicado que desde 2011 "hay evidencias" del riesgo que supone un alto consumo y apela a la prevención. También manda un mensaje de calma y hace suyo el dicho del refranero español: "una vez al año, no hace daño". La web de la AESAN recoge las recomendaciones de consumo para evitar perjuicios en la salud.