Desde el estudio de “La España vivida” vamos a dirigir hoy nuestra mirada hacia el mar. Nos visita un marinero, buen conocedor de las costas y puertos de un país que, siendo península, ha tenido una vida relacionada siempre muy estrechamente con la navegación, con la riqueza y los peligros de los mares. Nuestro visitante es un militar de la Armada, un vicealmirante, José Manuel Sanjurjo, retirado desde hace unos años y que debe en parte su decisión de embarcarse a la literatura que le acompañó en su infancia y juventud, con obras y personajes tales como La isla del Tesoro, el capitán Ahab, Robinson Crusoe, Moby Dick o la Odisea. Luego llegó el momento del gran viaje en el Juan Sebastián Elcano, el bergantín-goleta de cuatro palos, llamados Blanca, Almansa, Asturias y Nautilus, en recuerdo de los buques-escuela que lo precedieron en esta función. Dice el vicealmirante Sanjurjo que la primera travesía a bordo de ese barco “me abrió completamente la mente a otras realidades que no me imaginaba”. Nos interesa que nos cuente esa experiencia de joven y aún inexperto marinero, como prólogo a la que ha ido acumulando a lo largo de los años, en los que la navegación, y con ella la Armada, han ido evolucionando con la incorporación de tecnologías cada vez más complejas y sofisticadas. La trayectoria de nuestro invitado describe sin duda ese cambio, que él ha experimentado en su vertiente de ingeniero naval, experto en armas. A lo largo de las últimas décadas España dejó de recibir los buques de la “ayuda americana” y poco a poco –ha escrito el vicealmirante Sanjurjo- “se fue creando la capacidad industrial que nos convirtió en uno de los grandes exportadores mundiales”. Queremos conocer algo de esa transformación, que ha supuesto un hito de modernización de la Armada española. Y en especial que nos hable de dos tipos de naves que han significado aportaciones singulares a dicha evolución
