Joyas del archivo sonoro Puerto Hurraco, 1990: la última tragedia de la España negra27/08/1990

Domingo 26 de agosto de 1990, diez y media de la noche. Los vecinos y veraneantes del pequeño pueblo de Puerto Hurraco, en Badajoz, disfrutan a la fresca de los últimos días del verano. De repente, se desencadena el horror: los hermanos Antonio y Emilio Izquierdo, vestidos de cazadores, armados con escopetas y con las cananas repletas de munición, se apostan en un callejón de la localidad y comienzan a disparar. Las primeras víctimas mortales, dos niñas de 12 y 14 años, de apellido Cabanillas. Tras ellas, una vecina que corre a auxiliarlas, el tío de las niñas, el padre (que no fallece, pero queda en una silla de ruedas), un vecino que había llevado a algunos heridos en su coche a un pueblo cercano, los primeros Guardias Civiles que llegan al pueblo avisados del tiroteo… El saldo final, nueve personas muertas y varias heridas son secuelas de por vida.

Es el trágico episodio final de una enemistad que arranca décadas antes, en los años 60, entre dos familias: los Izquierdo (los “patapelás”) y los Cabanillas (los “amadeos”). Manuel, padre de los asesinos, y Antonio, bisabuelo de las primeras niñas que caen por sus disparos, discuten por un desacuerdo de lindes de tierras. Después, un noviazgo fallido entre Luciana Izquierdo y Amadeo Cabanillas termina con el asesinato de este a manos de Jerónimo Izquierdo, hermano de Luciana e hijo de Manuel. Cuando este sale de la cárcel en 1986 y vuelve a pueblo, apuñala a otro Cabanillas, Antonio. Dos años antes, la madre de los Izquierdo fallece en el incendio de su casa, cuya autoría sus hijos atribuyen sin ningún tipo de duda a los Cabanillas.

La crónica del que se considera, por fortuna, último episodio de la “España negra”, lo firma en Radio Nacional su redactor en Extremadura Jeremías Clemente, quien recoge los testimonios de los testigos que, a pesar del seguir en shock, detallan fríamente la sucesión de hechos.

Joyas del archivo sonoro
Más opciones