El establecimiento de un régimen dictatorial tras nuestra Guerra Civil y, sobre todo, la derrota en la Segunda Guerra Mundial de las potencias del Eje junto a las que Francisco Franco se había posicionado, dejaron a España aislada internacionalmente. A partir de ese momento, los esfuerzos del gobierno español por romper tal aislamiento se centraron sobre todo en estrechar lazos con las naciones de Hispanoamérica, apelando a una lengua, religión e historia comunes. Hubo, eso sí, notables excepciones, como México, que tardó décadas en restablecer relaciones diplomáticas con España.
El 12 de octubre de 1953, se celebró el Día de la Hispanidad en la sede del CSIC en Madrid con una sesión académica presidida por Franco a la que acudió la práctica totalidad del cuerpo diplomático de los países de habla hispana, además del agregado cultural de la embajada de Estados Unidos. Tras otros intervinientes y antes que Franco, que cerró el acto, pronunció un discurso Alberto Martín Artajo, Ministro de Asuntos Exteriores y Presidente del Instituto de Cultura Hispánica (la unión de ambos cargos no era casual).
El discurso fue un repaso a los acontecimientos internacionales del último año, en muchos de los cuales el apoyo del bloque hispanoamericano fue crucial. Uno de ellos, el ingreso de nuestro país en la UNESCO.
Lo singular no es tanto el hecho, sino cómo lo relata Artajo: describe la solicitud de ingreso diciendo que "nuestra patria fue llamada a formar parte de la Organización" tras un épico proceso en el que "en la vanguardia de los leales y aguerridos descollaban en grupo compacto y casi unánime, poseídas de santa impaciencia, las naciones hijas de España, los pueblos de nuestra raza, que no podían contener por más tiempo su indignación justísima por la preterición de que era víctima la madre patria".
En el mismo discurso, hace una crítica al funcionamiento de la ONU (España aún no había sido admitida) y cita, sin nombrarlo, el conflicto con el Reino Unido por Gibraltar, país al que Franco había acusado en una entrevista en Arriba el 4 de agosto de mala fe por la no devolución de la soberanía del Peñón.
Es una muestra del repertorio completo de los conceptos asociados a la Hispanidad que se tuvo durante décadas: raza, madre patria, naciones hijas, etc., felizmente superados y de la visión de las relaciones internacionales que tenía el Gobierno de la época.