Un bulo que circula desde hace años, antes incluso de que existiera internet (esta vez no le podemos echar la culpa a la red, origen de todos nuestros males), es que Luis Eduardo Aute compuso su famosa, hermosísima y triste canción Al alba pensando en los últimos condenados a muerte por el régimen franquista y que fueron fusilados el 27 de septiembre de 1975.
Las ejecuciones fueron el resultado de tres sentencias, tras tres Consejos de Guerra celebrados entre agosto y septiembre de ese mismo año, que condenaron a la pena capital a dos miembros de ETA y a tres del FRAP. Otros miembros de ambas bandas también resultaron con la misma pena, pero se les conmutó por otra de reclusión.
Al alba fue grabada por Rosa León en su disco homónimo publicado a finales en 1975. Ella misma ha contado que, cuando la oyó por primera vez, le dijo a Aute que parecía que contaba la última noche de un condenado antes de su ejecución.
León, antes de que el disco saliera al mercado, venía interpretando la canción en sus conciertos de los meses anteriores a los fusilamientos. En uno de ellos, ya conocidas las sentencias de muerte, se la dedicó a los condenados. Así nació el mito.
Aute no editó el tema hasta 1978, cuando lo incluyó en su disco Albanta, pero el Archivo Sonoro de RNE conserva la grabación que realizó en directo el 14 de febrero de 1975, siete meses antes del cumplimiento de las penas de muerte, para el programa Estudio 15-18. Una bellísima versión, solo con la voz Aute y su guitarra. Por si quedaba alguna duda de lo contado, él mismo introduce el tema explicando que es fruto del estado de ánimo, del desasosiego y la angustia que la causa leer el periódico cada día. Creo que muchos le entendemos.
