Historias del vinoCañadas y trashumancia: las otras rutas del vino01/12/2025
En la Castilla medieval, la riqueza de la lana merina impulsó la trashumancia y la creación de una red de cañadas reales que superaba los cien mil kilómetros.
Por esos caminos no viajaban solo ovejas: también arrieros y mercaderes que movían los vinos del Duero, del Bierzo o de Rueda hacia ciudades como Burgos o Segovia y a ferias como la de Medina del Campo.
Bajo la protección de la Mesta, ventas y descansaderos se convirtieron en puntos de consumo, intercambio y recaudación fiscal.
Durante siglos, el negocio de la lana y el del vino avanzaron juntos, hasta que en el siglo XIX la caída del valor de la merina, las desamortizaciones y el ferrocarril desmantelaron aquel sistema trashumante.