Siempre hay una imagen que nos suena porque nuestro mundo está lleno de imágenes y sonidos. Todo nos suena como todo nos regala una imagen. Cuando decimos que algo nos suena es que algo nos es conocido, que reconocemos algún eco de lo que allí presenciamos u observamos. Una imagen que nos suena puede referirse no sólo a lo que allí podría estar sonando sino también a lo que nosotros escuchamos, a veces, desplazado de una realidad. Procesos donde la memoria y el olvido son cruciales para construir lo real. No son meros ejercicios de observación ni de contemplación, ni mucho menos de análisis pictórico o fotográfico. La introspección es un viaje de la experiencia, es decir, de lo sensitivo.
Todo un mundo de posibilidades que nos brindan las diferentes combinaciones de los sentidos.