Hay en nuestro interior un lugar sin cerraduras, uno que no admite llaves ni candados. Es un territorio sin fronteras donde las paredes se asientan sobre viejos sueños. Ahí, en ese hueco, somos únicamente nosotros. Podríamos decir que da igual que nos quiten el trabajo, la casa el nombre, que da igual lo que digan los papeles o que alguien nos mire desde fuera con una de esas miradas que, quizá tiempo atrás, alguna vez importaron porque nadie puede arrancarnos jamás lo que late bajo la piel, lo aprendido, las cicatrices... y eso es verdad. Nadie puede. Pero no, no da igual.
Del saber que no viene en los libros, sino en los huesos, del fuego que no se ve pero quema, de todas las veces que a alguien le han dicho que no, que ahí no, que tú no y de quienes decidieron que sí importaba vamos a hablar hoy. Y de cómo alguien consiguió brillar tal y como siempre se había soñado. Hoy hablamos de Miss Carbón: una mujer que ha cambiado la historia (Carlita Rodríguez) y sobre la que Erika Halvorsen y Agustina Macri construyen esta película.
