Hay un modo de mirar el mundo que no se enseña, que nace en las esquinas del barrio, entre el humo de los coches y los silencios que se cuelan a través de los cristales de los demás. Uno mira -como persona, como artista, como superviviente- y todo se vuelve más denso, más real, como si cada sombra tuviera una historia propia que contar. Porque la tiene. Y está la rabia callada de lo que no fue y el amor que se queda pegado al cuerpo como el olor a pan caliente… y el desamor que se va sin cerrar la puerta. Episodios que para unos son anécdotas, son cicatrices de otros. Hay dolores que no se explican, solo se llevan enganchados esperando, quizá, que alguien nos mire sin querer cambiarnos, que nos quieran con lo que somos y con lo que falta. Aunque a veces, sin saber muy bien cómo, heredemos los fantasmas de los demás y los dejemos acomodarse en el sofá de nuestra memoria… llegando al punto de tenderles la mano e invitarlos a bailar.
Sobre la manera de mirar el mundo como persona y como artista, sobre hacerlo desde un barrio concreto y cantar desde ahí, con los de siempre, al amor y al desamor, a la frustración, a la necesidad de querer y que nos quieran vamos a hablar hoy lo haremos con 'Esmorza amb mi'… Desayuna conmigo, la ópera prima de Iván Morales, con Álvaro Cervantes, Marina Salas, Iván Massagué y Anna Alarcón en el reparto y la colaboración especial de Oriol Pla.