¿Cuántas vidas caben en una persona? ¿Cuántos arquitectos del instante final, esa suerte de magos que roban la carroza del desastre justo antes del abismo conocen?
Me atrevería a decir que no muchos como nuestro protagonista de hoy. Imaginen a un hombre que jugaba con la identidad como quien baraja naipes. Un camaleón que fue, según la conveniencia, espía, gigoló, organizador de orgías o alto cargo nazi. Un seductor nato, dueño de veintidós idiomas, que vivió mil vidas y escapó de mil muertes. Un visionario que, en 1934, en un audaz golpe de teatro, se coronó a sí mismo monarca de un pequeño país entre montañas. Su reinado fue un relámpago de nueve días de pura invención, tan brillante como efímero. ¿Un estafador? ¿Un genio? La delgada línea entre el mito y la mentira. Hoy descubrimos en El cine que viene el enigma de 'Boris Skossyreff. El estafador que fue rey'. Y lo hacemos con su director: Jorge Cebrián.