Clara Schumann nació en la alemana Leipzig en 1819 bajo la férrea disciplina de su padre, que la forjó como niña prodigio del piano. A los nueve años ya deslumbraba en Europa, y en Viena fue reconocida como “Virtuosa de Cámara” siendo apenas adolescente. Contra la voluntad paterna se casó en 1840 con Robert Schumann, de quien fue compañera, intérprete y sostén en medio de penurias y tormentas mentales que acabarían con él en 1856. Viuda y madre de ocho hijos, Clara se reinventó en los escenarios: viajó por toda Europa, tocó siempre de memoria, desafió prejuicios y defendió la música de Robert con una fuerza que la convirtió en leyenda. Amiga y confidente de Johannes Brahms, fue intérprete, compositora y empresaria, símbolo de una mujer que no renunció ni al arte ni a la vida. Murió en Fráncfort en 1896, pero su figura permanece como pionera del piano moderno y guardiana del romanticismo.