Desde hace mucho tiempo nos hemos acostumbrado a comprar en Occidente ropa fabricada muy lejos de aquí. La ecuación es recurrente: un inversor ve una oportunidad de mercado textil y busca el taller más barato para tejer esa idea y para que su margen de beneficio sea el máximo posible. Esas fábricas suelen estar en países como Bangladesh o Pakistán y desde allí han empezado a llegar hasta Sevilla réplicas baratas de los tradicionales mantos que las cofradías y hermandades utilizan en Semana Santa para vestir a sus imágenes y pasos. La aparición de estas réplicas a precio de saldo ha supuesto un terremoto para el gremio. Los talleres no pueden competir contra esos precios y temen no solo perder su trabajo, sino que con él desaparezca también una parte esencial de la tradición y del arte del bordado sevillano. Nos lo cuenta el presidente de la Asociación Gremial Sevillana de Arte Sacro, Francisco Carrera Iglesias, alias "Paquili".
Además, a través del proyecto 'Carro de Combate' descubrimos cuáles son las condiciones de trabajo de esos talleres lejanos que buscan las marcas para producir con los costes más bajos.