Ana María de Soto y Alhama fue la primera mujer documentada en la Historia de España, y probablemente del mundo, que sirvió como infante de marina. Bajo el nombre de Antonio de Soto, se alistó en 1793 en los batallones de Marina del puerto de San Fernando, con apenas 16 años, para combatir en la guerra contra la Francia revolucionaria. Durante casi seis años logró mantener oculta su identidad, participando en acciones de guerra a bordo de las fragatas Mercedes y Matilde, y distinguiéndose en batallas como la del Cabo de San Vicente o la defensa de Cádiz frente a los ingleses.
Cuando su secreto fue descubierto por un médico de a bordo, sus superiores intercedieron por ella en reconocimiento a su valor. El rey le concedió una pensión y el grado honorífico de sargento primero, además de una licencia de expendeduría de tabacos. Nos detenemos en su historia, en el espacio “Guerreras españolas en la historia”, de Cultura con Ñ, junto a la filóloga y escritora Ana Morilla, que recuerda la figura de una mujer que desafió las normas de su tiempo para servir en la Marina con el mismo coraje y lealtad que sus compañeros de armas.